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CINE | SIRAT

FICHA TÉCNICA

Película española dramática de 2025, de 114 minutos de duración, dirigida por Oliver Laxe, con guion de mismo Oliver Laxe y de Santiago Fillol, música de Kangding Ray, fotografía de Mauro Herce, coproducida entre España y Francia por Filmes Da Ermida, El Deseo, Movistar Plus+, 4ª4 Productions y Uri Films y protagonizada por Sergi López, Bruno Núñez, Jade Oukid, Stefania Gadda, Richard Bellamyun, Tonin Javier, Joshua Liam Herderson y Kangding Ray entre otros intérpretes. Obtuvo el Premio del Jurado en el Festival Internacional de Cine de Cannes de 2025. El rodaje se efectuó en Teruel(Rambla de Barrachina), Zaragoza y Marruecos de mayo a junio de 2024.

ARGUMENTO

La película trata de un hombre anónimo, Luis, y su hijo, Esteban, que, buscando a Mar, hija y hermana respectivamente, llegan a una rave, que tiene lugar en medio de las montañas del sur de Marruecos. Muestran la foto de la joven, abrumados por la música electrónica y un tipo de libertad, que les sorprende. Traban conocimiento con un grupo de raveros, a los que siguen rumbo a otra fiesta, esperanzados por encontrar a Mar allí.

LOS PERSONAJES

Aparentemente los protagonistas son Luis, y su hijo Esteban, que buscan desesperadamente a Mar, su hija y hermana, respectivamente, desaparecida en una rave.

Sin embargo, es clave el papel desempeñado por el grupo de raveros, con cicatrices en el cuerpo y en el alma, de cuerpos mutilados y pieles curtidas, en perpetúa búsqueda de la fiesta sin fin, que acompañan a Luis y Esteban.

Para algunos estos raveros serían inadaptados, pero a mi juicio son personas que están al margen del sistema, que conscientemente se desligan de un mundo, del que no se sienten parte.

El rol de dichos peculiares raveros queda señalado desde el principio, cuando se desmarcan de la decisión del resto de participantes de la rave, optando por enfilar una ruta diferente, para internarse en el inclemente desierto, mientras el resto de raveros acata las órdenes del ejército y forma una fila para seguir “a las fuerzas del orden”.

ORIGEN DE LAS RAVES

Desde el principio de los tiempos las ceremonias paganas se han realizado en los bosques y condados de Inglaterra. Tras la estela de los antiguos druidas celebraciones como el solsticio y otros carnavales, convocaban a los fieles de cultos secretos, que seguían excesos dionisiacos. Lugares como Stonehenge fueron testigo de estos rituales animistas, alrededor del fuego o del sol.

La subcultura de los travellers británicos, integrada por nómadas, con un estilo de vida itinerante y señas identitarias propias  al margen de la sociedad británica ha marcado su influjo. Los travellers británicos tienen  un gran sentido de identidad comunitaria, de pertenencia a su comunidad, cuentan con tradiciones propias y presentan fuerte resistencia a su asimilación en comunidades sedentarias. Los travellers británicos organizaban una especie de saturnales, festivales dominados por la música y por la embriaguez, en los que se paralizaban las normas sociales y la cotidianeidad. Así se originó el Festival de Glastonbury, más adelante todo un símbolo del consumismo.

Según algunas versiones el modelo de inspiración de las raves, fueron las fiestas ibicencas, pero otras fuentes argumentan que las iniciaron hippies estadounidenses.

En cualquier caso a finales de los 70 del siglo XX se deterioró la situación económica en Inglaterra, sucediéndose huelgas masivas, reconversión industrial, desempleo, recortes, violencia, disturbios…Simultáneamente aparece un nuevo ritmo, importado de Chicago, el Acid House, introducido en el exclusivo club londinense Shoom, fundado en 1987. Pero este club era para los afortunados con poder adquisitivo, que se lo podían permitir. En esa tesitura se optó por sacar la música a la calle.

En este contexto, durante los años 80 del mismo siglo, al margen de la ley y con frecuencia en su contra, aparece una corriente de grupos hedonistas, que impulsa una nueva escena musical, dotada con nuevos sonidos y drogas, que desafían a las autoridades inglesas.

Miles de jóvenes, muchos de ellos testigos del malestar de sus padres por la desoladora situación económica, optan por evadirse a través de fiestas desatadas. Este nuevo concepto de diversión, aunque nace con fines políticos y sociales, fluctúa entre la indignación y el puro desenfreno escapista.

Estas fiestas, las raves, se originaron a partir del movimiento de música electrónica underground de finales de los 80 en el Reino Unido, durante el “Segundo Verano del Amor” en 1989, continuación del verano hippy de 1967. Entre los colectivos implicados destaca el DiY Sound System, dirigido por Harry Harrison, que da su versión de los hechos en sus memorias, denominadas “Derecho a la fiesta”. Entre las distintas ramas de la música electrónica se pueden citar: Acid House, Techno, Psytrance, Drum and Bass, Hardtek, Frenchcore o Hardcore…

La irrupción de drogas psicotrópicas en estos eventos, presididos por la música, proporciona a las autoridades la excusa perfecta para intervenir y no tarda en hacer acto de presencia la acción policial. Para eludir la presión y el hostigamiento policial las fiestas se acabaron desplazando a lugares alejados de las ciudades, como bosques, márgenes de las autovías, túneles, hangares, fábricas abandonadas y antiguas granjas y se ampararon por el secretismo en la localización. La única forma de averiguar donde se celebraba la rave era llamar a un número de teléfono, que contaba con un contestador automático, el cual  informaba de la dirección de la fiesta. Las nuevas tecnologías como el Whatsapp, han facilitado las convocatorias de las raves.

Cada fin de semana numerosos jóvenes acudían a estas fiestas para bailar música electrónica y consumir sustancias como éxtasis, porque no había ningún lugar legal en Londres para hacerlo. La alarma social generada por los medios de comunicación ingleses, dio lugar a la Ley de Justicia Penal y Orden Público, aprobada en 1994, que entre otras restricciones, prohibía las fiestas al aire libre.

Las fuerzas de seguridad de los países donde empezaron a realizarse Raves, como Reino Unido o Francia, adoptaron medidas disuasorias contra estas fiestas a partir de la de Castlemorton, lo que supuso un serio revés, disminuyendo la frecuencia y popularidad de estos eventos a finales de los años 90 del siglo XX. En nuestros días las raves son objeto de persecución en todos los países.

Los medios de comunicación, por lo general, se hacen eco de los prejuicios sociales hacia las raves, al enfatizar el consumo de psicotrópicos durante estas fiestas, en lugar de poner el foco en otros aspectos como el ideario de libertad e inclusión y el ambiente de respeto y unidad presente en la rave.

POR LO QUE RESPECTA A LAS RAVES

La palabra RAVE, procedente del Reino Unido, está compuesta de siglas que significan Radical Audio Visual  Experience.

Eran fiestas ilegales y clandestinas, con horarios libres, en las que pinchaban DJ emergentes, realizadas en naves industriales y almacenes abandonados, parkings abandonados, descampados, campos y bosques, playas…. , constituyeron un fenómeno contracultural, que retaba a las normas sociales establecidas, porque los organizadores y participantes de estas fiestas eran jóvenes inquietos y creativos, que perseguían una bocanada de libertad.

En estas celebraciones, abiertas a todo el mundo, gratuitas, sin ánimo de lucro y de duración prolongada, en espacios improvisados y sin autorización, se respira un espíritu de comunidad, definido por los valores PLUR, acrónimo en inglés de Peace, Love, Unity y Respect (Paz, Amor, Unidad y Respeto), conceptos esenciales en la Cultura Rave.

Las raves se convierten en espacios para socializar con personas de distintos ambientes(razas, clases, ideologías, orientaciones sexuales), que comparten el gusto por la música. Todos los participantes deben tratar a los demás con consideración, promoviéndose la tolerancia, la inclusión y la solidaridad. Entre los valores raveros está el respeto por las mujeres, el respeto y la aceptación de la persona que realmente somos, sin juzgarnos.

Aunque los medios de comunicación sobredimensionan los efectos negativos del consumo de droga en las raves, asociándolo al mal comportamiento, el vasto conocimiento sobre el uso de psicotrópicos de muchos asistentes, disminuye el riesgo, porque pueden ayudar a otros participantes.

En estos eventos, caracterizados por el protagonismo de la envolvente y atronadora música, potenciada por los efectos lumínicos(luces estroboscópicas, láseres, elementos fluorescentes en la indumentaria de los asistentes, proyecciones visuales) y la decoración, se genera una atmósfera delirante, única, hipnótica y mágica. Esta sobreexposición sensorial, acompañada o no por los efectos de las drogas psicotrópicas, sumerge a los participantes en una suerte de trance, que barre las diferencias entre el individuo y la comunidad, entre el sueño y la realidad: la experiencia RAVE.

Aunque el movimiento rave es anticomercial, como contaba con potencial de negocio, algunos de sus primeros organizadores se legalizaron o se incorporaron a fiestas y festivales comerciales. Sin embargo, los sectores más auténticos e irreductibles, critican la comercialización y la consecuente traición del espíritu del movimiento.

En estos eventos la moda tiene su importancia. Al principio en los años 80 y 90 los participantes de la rave utilizaban ropa cómoda y práctica como: sudaderas con capucha, vaqueros y deportivas.

Actualmente la indumentaria usada en estas fiestas se ha sofisticado, dominando la ropa llamativa  como ropa colorida o descolorida, prendas con  colores de neón, pantalones ajustados, camisetas de tirantes, faldas y tops con estampados llamativos, accesorios como: gafas de sol, máscaras,  bufandas, gorras y collares de luces, silbatos, chupetes…También aparecen trajes temáticos como disfraces de animales y personajes de ficción.

SINOPSIS

Resulta sintomático el recurso a distintas alegorías  como la escalera que va de la tierra al cielo, construida a partir de efectos luminosos. ¿Alusión a la escalera de Jacob, descrita en el génesis? .

Otros símbolos que aparecen son un  gran altavoz negro, dotado de una magnética e inquietante música, que  nos trae a la memoria el monolito que aparece en “2001: una odisea espacial” de Kubrick, sin olvidar el retumbar de una poderosa música electrónica, que recuerda el  rítmico latido de un corazón gigante, que acuna a las masas.

Esta delirante película, que transita entre el drama y la intriga, cruzando géneros como la road movie y el western, se mueve en la frontera entre lo espiritual y lo carnal.

Constituye una hermosa parábola sobre la familia, la pérdida y la búsqueda de un camino espiritual, al tiempo que analiza temas como la libertad, la resistencia antisistema, la relación del ser humano con la naturaleza y la búsqueda de trascendencia en el mundo moderno.

¿Quizá el entorno apocalíptico descrito, alude al mundo actual?¿Quizá la naturaleza, es decir el inclemente desierto, es una metáfora de Dios? Esta película plantea interrogantes, no respuestas.

Por otro lado, desconcertados, podemos pensar que no podemos depositar la esperanza de mejorar el mundo en el que vivimos, en unas jóvenes generaciones, alienadas por las drogas y la música electrónica.

Pero un análisis más profundo revela otra posibilidad. Como adultos, que nos consideramos, debemos reflexionar sobre la clase de mundo que hemos dejado, un mundo caótico e injusto, que impele a parte de nuestros jóvenes a desconectarse del presente mediante las drogas y la música electrónica, mientras otra parte de nuestra juventud, seducida por la ultraderecha, quiere huir al pasado.

Crónica: Beatriz Recio Inés

TRAILER

 

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