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CINE | EL VIAJE DE NISHA

Película de 2017, coproducida por  Noruega, Suecia y Alemania, basada en vivencias de la propia directora Iram Haq y protagonizada por Maria Mozhdah, Adil Hussain, Ekavali Khanna y Rohit Saraf entre otros actores.

La película trata de Nisha, hija de unos emigrantes pakistaníes, afincados en Oslo, Noruega, cuya vida da un vuelco cuando su familia la fuerza a emprender un viaje al país de origen de sus padres.

 

La película se centra, pues, en el personaje de Nisha, adolescente perfectamente integrada  en Noruega, dividida entre el amor  que profesa a sus progenitores, Najma  y Mirza, apegados a la tradición y su fuerte identificación con la cultura noruega de adopción.

Con este verdadero manifiesto cinematográfico se evoca el drama que experimentan los emigrantes de 2ª generación, asimilados por el país de acogida, pero, sumidos en severas contradicciones con la cultura de origen de sus mayores.  Esta coyuntura acaba por distanciarlos de sus familias.

Cuando, por el contrario, esta asimilación no se produce, las consecuencias pueden ser aún más trágicas, ya que  los jóvenes no integrados pueden ser fagocitados por el terrorismo, como corroboran los atentados de Barcelona y  Cambrils en 2017.

Se entiende igualmente que los trabajadores emigrantes constituyan una competencia para los trabajadores locales, que redunda en el abaratamiento salarial y en la lesión de los derechos laborales adquiridos y conseguidos con tanto esfuerzo, lo cual alimenta el auge de corrientes ultraderechistas y xenófobas.

El único error que se le puede imputar a la película es que conforma un relato que roza lo maniqueo, al  soslayar las motivaciones de los padres de la muchacha, que, sometidos a la influencia  de la colonia inmigrante, padecen la dictadura “del que dirán” y no han cortado los amarres con una cultura, fundamentada en los matrimonios concertados, que rinde culto al “honor” .     En este sentido, habría que puntualizar que los emigrantes que deseen establecerse en otro país, con la intención de mejorar sus condiciones de vida, deberían hacer un esfuerzo por adaptarse a los países de acogida, acatando las leyes y respetando los nuevos valores y costumbres, aceptando que sus descendientes se conviertan en nacionales de los países de destino, con todo lo que esto implica.  Asimismo, los países receptores de emigrantes deberían repensar el sistema de incorporación de los mismos al modelo productivo y remover los obstáculos que dificulten su promoción social .

Por otra parte, el mundo desarrollado pretende eludir la presión migratoria sin eliminar las causas(pobreza, hambrunas, guerras) que la producen, cuando la auténtica solución, complicada, eso sí, estriba en  suspender los conflictos bélicos y generar oportunidades de desarrollo en los países vulnerables.

Esta situación no debería prolongarse por más tiempo, tiene que suscitar debate y reflexión en occidente .  Los países desarrollados no deben seguir ensimismados en su propia “grandeza”, insensibles a las demandas y necesidades del resto de la humanidad, aunque no sea más que para impedir que nuestra “fortaleza de privilegios”  sea “atacada” , “conquistada” y  “vencida”.

TRAILER

Crónica: Beatriz Recio Inés