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El ciberataque al Ayuntamiento de Elche deja pérdidas millonarias y meses de recuperación

El ciberataque municipal deja una factura de 4,5 millones y un largo proceso de reconstrucción digital

El ciberataque sufrido por el Ayuntamiento de Elche en agosto no solo paralizó durante semanas la gestión administrativa local, sino que ha supuesto un coste extraordinario de 4,5 millones de euros que ya figura en los presupuestos municipales.

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El impacto económico, confirmado oficialmente, abarca la reparación de servidores, la contratación de expertos, la compra de licencias, la protección de datos y la recuperación de sistemas. Es un gasto necesario para restablecer la normalidad tras uno de los mayores incidentes digitales registrados en la administración local de la Comunidad Valenciana.

El ataque afectó a más de 1.500 dispositivos municipales, aunque solo 52 equipos fueron infectados directamente. La rápida actuación del Comité de Crisis y la colaboración con el Centro Criptológico Nacional y el CSIRT-CV permitieron contener la propagación y comenzar el proceso de restauración.

Durante las primeras semanas, la actividad se resintió: nóminas manuales, expedientes bloqueados y dependencias sin acceso digital. Algunos servicios ya operan bajo redes seguras temporales, mientras se reconstruye la infraestructura con garantías reforzadas.

El episodio ha revelado la vulnerabilidad de los sistemas municipales, pero también la capacidad de respuesta de una administración que, pese a la crisis, ha mantenido su compromiso con la ciudadanía.

Ciberataque al Ayuntamiento de Elche

Detrás de la cifra de 4,5 millones hay personas, esfuerzo y tensión: empleados que se vieron obligados a reinventarse para seguir atendiendo a los vecinos, técnicos trabajando a contrarreloj y ciudadanos comprendiendo que, esta vez, el “fallo del sistema” no era una excusa.

El Ayuntamiento ilicitano encara ahora una etapa de reconstrucción tecnológica, con prioridad en la seguridad, la transparencia y la prevención de futuros ataques. La factura económica es alta, pero la lección aprendida —proteger los datos y fortalecer los sistemas— vale mucho más.

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