La Bajada del Ángel de Tudela: una tradición que desciende del cielo al corazón del pueblo

Una emoción que se repite cada Domingo de Resurrección

Cada Domingo de Resurrección, la localidad navarra de Tudela se transforma en un escenario celestial donde lo divino y lo humano se funden en una de las representaciones más emocionantes de la Semana Santa en España: la Bajada del Ángel. Este acto, cargado de simbolismo religioso y tradición popular, atrae cada año a miles de personas que abarrotan la Plaza de los Fueros para presenciar cómo un niño, suspendido por cables, desciende para anunciar a la Virgen María que su hijo ha resucitado.

Así se desarrolla la Bajada del Ángel

El acto comienza con la procesión de la Virgen de la Soledad, que entra en la plaza vestida de luto. A pocos metros, desde el otro extremo, aparece la imagen de Cristo Resucitado. En ese momento, todas las miradas se dirigen al cielo: una estructura metálica situada a unos 15 metros de altura se abre y desde ella comienza a bajar un niño o niña —vestido de ángel, con túnica blanca y alas— suspendido por un sistema de poleas y cables que lo desliza sobre la multitud.

El ángel se detiene justo frente a la Virgen, a la que le retira simbólicamente el velo negro en señal de duelo superado. La plaza estalla entonces en aplausos, se lanzan pétalos al aire y suena música festiva. Una vez realizado el acto, el ángel regresa al punto de partida y la procesión continúa con ambas imágenes juntas. Todo el proceso dura unos pocos minutos, pero la emoción que provoca perdura en la memoria colectiva.

Origen de una tradición con siglos de historia

Los orígenes de la Bajada del Ángel de Tudela se remontan al siglo XIII, aunque no existen documentos oficiales que lo daten con precisión hasta el siglo XVII. Su celebración está profundamente enraizada en la devoción mariana y en el teatro religioso medieval, cuando las dramatizaciones servían como instrumento pedagógico para el pueblo llano. Durante siglos, esta representación ha evolucionado, pero siempre ha mantenido su esencia: un mensaje de esperanza y alegría tras el luto de la Semana Santa.

Reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Nacional

La singularidad y belleza de este acto le valieron el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2009. Este título no solo distingue el valor cultural y etnográfico de la celebración, sino que también ha contribuido a proyectarla internacionalmente, incrementando la afluencia de visitantes y consolidando a Tudela como destino clave en el calendario de celebraciones religiosas de España.

Otros actos similares en España y el mundo

Aunque la Bajada del Ángel de Tudela es la más conocida, existen otras representaciones similares en España y fuera de nuestras fronteras. Estos actos suelen enmarcarse dentro de las celebraciones de Pascua o Corpus Christi y comparten la iconografía del ángel que comunica la resurrección o el triunfo de la vida.

1. Aranda de Duero (Burgos)
   La representación del «Ángel de la Alegría» se celebra también el Domingo de Resurrección. Un niño, también suspendido de cables, baja frente a la Virgen para retirarle el velo. Aunque menos multitudinario que el de Tudela, el acto tiene gran arraigo local.
2. Peñafiel (Valladolid)
   Aquí se celebra una ceremonia similar llamada también “Bajada del Ángel”, en la que la figura desciende desde la torre de la iglesia hasta la plaza, repitiendo el ritual del retiro del velo a la Virgen. Este acto ha sido declarado Fiesta de Interés Turístico Regional.
3. Alfarrasí (Valencia)
   Este pequeño pueblo valenciano celebra también una emotiva Bajada del Ángel, donde el ángel niño recorre una cuerda desde el campanario hasta una estructura sobre la plaza. Aunque más modesta, es una tradición muy viva y cuidada.
4. Elche de la Sierra (Albacete)
   Durante la festividad del Corpus Christi, se realiza una representación en la que el ángel también tiene protagonismo, aunque en este caso vinculado a la adoración eucarística más que a la Resurrección.
5. Malta – Għaxaq y Zabbar
   En el archipiélago maltés existen actos similares durante la Semana Santa. El más llamativo se celebra en el pueblo de Għaxaq, donde un niño vestido de ángel desciende en una plataforma decorada mientras se interpretan cánticos religiosos. Aunque con matices distintos, se aprecia la influencia mediterránea compartida con las celebraciones españolas.

Un ritual que sigue descendiendo cada año

La Bajada del Ángel no es solo una expresión de fe, sino también un acto de comunidad, identidad y continuidad. La elección del niño que hará de ángel es un honor que muchas familias tudelanas desean para sus hijos. La preparación es minuciosa y todo el pueblo se vuelca para que la representación sea impecable. Es una tradición viva que se reinventa sin perder su esencia.

Así, mientras el ángel sigue descendiendo cada año del cielo tudelano, lo hace también al alma de quienes lo contemplan, recordando que incluso en los tiempos más oscuros, siempre hay un mensaje de esperanza que nos aguarda.

Crónica: Alberto Carrillo / AFPRESS

Fotografías: Tradiciones y Fuestas