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Recomendaciones para que los niños lleven mejor el confinamiento desde la Sociedad Española de Pediatría SEPEAP

La SEPEAP, Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria alerta sobre acúmulo de casos de shock pediátrico

Recomendaciones para que los niños lleven mejor el confinamiento

Desde el Grupo de Educación para la Salud de la SEPEAP hemos elaborado una pequeña guía con consejos para familias con niños para aplicar durante los días que dure el estado de alarma por el COVID-19 sobre:

Alimentación
Ocio
Actividad física,
Higiene
Sueño y
Salud mental

ALIMENTACIÓN

La alimentación es un pilar básico de nuestra salud. Es la que nos aporta la energía, los nutrientes, vitaminas y otras sustancias imprescindibles para el adecuado funcionamiento de nuestro organismo.

En esta situación excepcional, es importante mantener una rutina básica. El descontrol y la desorganización se traducirán en una alimentación inadecuada y desequilibrada que repercutirá de forma muy importante en nuestra salud tanto a corto como a medio-largo plazo.

Somos como un coche, la alimentación es la gasolina que necesitamos para poder funcionar, si ésta es insuficiente o inadecuada, el coche no andará bien, y lo mismo nos ocurrirá a nosotros.

¿Qué debemos comer/beber?

AGUA: siempre será la mejor opción para calmar nuestra sed. Se debe de beber frecuente y en pequeñas cantidades.

EVITAR: refrescos, bebidas industriales (zumos, batidos..). Los adultos evitarán tomar en exceso cafés y tés.
Desde el año hasta los 10 años conviene ingerir alrededor de 1 litro y medio diario y entre los 11 y 18 años 2 litros(conviene tener en cuenta las cantidades de líquido que aportan la leche, caldos…).

Ingerir la cantidad adecuada de líquido sacia la sed, mejora los niveles de hidratación, regula el buen funcionamiento de las células, favorece el transporte de nutrientes, mejora la lubricación de las articulaciones y ayuda a mantener la temperatura corporal.

Cada integrante de la familia tendrá su botella identificada y llena. Beberá de ella a lo largo del día, al final del día tiene que estar vacía, de esta manera controlaremos la cantidad ingerida y no beber del mismo recipiente, por la noche lavar botellas y rellenar para el día siguiente.

FRUTAS Y VERDURAS: deberán ser variadas(dentro de las posibilidades). Al menos 2 piezas de fruta fresca al día y en el caso de la verdura debe de estar presente tanto en la comida como en la cena.

IMPORTANTE: bien lavadas y peladas.

Las frutas maduras, preferiblemente enteras ya que favorecen la saciedad, aportan más fibra y nutrientes que si las tomamos en zumo de fruta natural. El zumo aporta más calorías y más azucares que una pieza de fruta.

Jugar con los colores y las presentaciones para hacerlo más atractivo.

Internet nos da un montón de ideas y sugerencias para que los niños se familiaricen y se animen a comerlas.

LECHE Y DERIVADOS: consumo de al menos 500 ml al día (individualizar cantidad en lactantes). Sin azúcar añadido. Se aportarán en forma de leche, quesos y yogures.

Limitar yogures bebibles, natillas, mantequillas, margarinas,quesos grasos….

– Cocinar preferiblemente con ACEITE DE OLIVA y con SAL YODADA.

Limitar aperitivos, comida precocinada…

HIDRATOS DE CARBONO de elección COMPLEJOS: pasta, pan, y cereales (mejor integrales, excepto el arroz), patatas…

Limitar bollería, dulces y azúcar añadido.

PROTEÍNAS:

– Carnes y pescados magros.

– Huevos hasta 3 por semana.

– Favorecer la ingesta de legumbres.

Evitar la piel, y la grasa visibles de las carnes.

Limitar los embutidos.

FRUTOS SECOS: TOSTADOS, NO FRITOS NI SALADOS.

En menores de 5 años de edad darlos molidos para evitar el riesgo de atragantamiento.

¿Cómo nos organizamos?

Dividir la ingesta diaria en 5 comidas: desayuno, comida y cena(en el almuerzo a media mañana y la merienda a media tarde ofreceremos frutas, cereales, lácteo, bocadillos caseros u otros alimentos saludables).

La ingesta debe de ir de la mano de la energía gastada, con lo que no forzar cantidades. En esta situación especial puede que no tengamos el mismo apetito que siempre, si esto ocurre, ofrecer menos cantidades y redistribuirlo en las 5 comidas del día.

Elaborar los menús semanales en familia implicando a los niños en ello.

Pueden dibujar carteles con el menú diario (tipo tablas, menú o carta de un restaurante…), dejadles que den rienda suelta a su imaginación.

A la par que se hacen los menús se puede elaborar la lista de la compra (también la pueden confeccionar los peques de la casa), de esta manera programaremos lo que realmente necesitamos, esto agilizará la compra, evitará que compremos compulsivamente y evitará desperdiciar comida, algo importante siempre pero aún más ahora.

Al tener elaborados los menús diarios, se puede cocinar 2-3 días por semana para el resto de los días. Esto nos permitirá ahorrar energía y tiempo y al cocinar varios platos a la vez podrán participar los niños, ya que mientras el adulto realiza las tareas peligrosas, que impliquen cuchillos/as, fuegos , horno… los peques podrán amasar, mezclar, hacer albóndigas, empanar, colocar las bandejas en el horno… También internet es un gran recurso donde encontrar recetas para elaborar en familia.

Al organizarlo de esta manera todos nos sentiremos útiles y tendremos una actividad en familia para ocupar el tiempo de estos días.

Una vez cocinado, se almacenarán en recipientes preferiblemente de cristal (si sólo tenemos de plástico esperar a que la comida se haya enfriado para almacenarlos en estos y de ahí al frigorífico).

IMPORTANTE:

LAVADO DE MANOS ADECUADO Y FRECUENTE DURANTE TODO EL PROCESO DE PREPARACIÓN DE ALIMENTOS.

– Si alguien de la familia, tiene mucosidad, dolor de garganta o cualquier otro síntoma aunque no este aún en aislamiento, NO podrá participar en la elaboración de la comida, pero sí se le podrán dar tareas en las que no tenga que manipular los alimentos ( como decidir los menús semanales, dibujarlos…).

ACTIVIDAD FÍSICA

Con motivo de la declaración del estado de alarma en todo el territorio español, tenemos que permanecer en casa y no podemos salir a la calle, ni pasear libremente por lo que debemos de tener unas rutinas de ejercicio para no caer en el sedentarismo. Lo más importante como padres, más que dar consejos, hay que dar ejemplo, haciendo ejercicio físico en familia.

Aunque muchos niños están acostumbrados a practicar deporte de equipo o en instalaciones, se tienen que adaptar a la nueva situación. En nuestras casas en la mayoría de las ocasiones no disponemos del espacio necesario, pero podemos aprovechar para desarrollar nuevas habilidades.

Realizar tareas domésticas adaptadas a la edad del niño. Cuantas más oportunidades demos al niño de realizar una actividad de forma independiente, más fomentamos su autonomía, y si lo consigue, además fomentamos su autoestima. Os damos varias ideas:

*2-5 años: ordenar su cuarto, recoger el lavavajillas, doblar la ropa sencilla, poner y quitar la mesa, regar las plantas…

*6-10 años: recoger la basura, preparar sencillos platos de cocina, doblar ropa, pasar aspirador…

*>11 años: comenzar a planchar la ropa, limpiar el baño, costura, limpiar cristales…

Fomentar la actividad mediante el juego. Intentad crear un espacio amplio, incluso moviendo muebles, para evitar accidentes.
Con los más pequeños: jugar a la carretilla, saltos a la pata coja, pilla-pilla, hacer una gymkana escondiendo pruebas y premios, gallinita ciega, circuito de obstáculos, pompas de jabón, al 1-2-3 escondite inglés, coreografías con sus canciones favoritas, estatuas musicales, voleibol con un globo, circuitos de coches …

Con los mayores, además se pueden establecer unas rutinas de ejercicio. Tienen que seguir las recomendaciones de los profesores de educación física del colegio(sentadillas, jugar a videojuegos interactivos(coreografías, simuladores de deportes…), aprovechar la información gratuita de diversos profesionales de la actividad física y deporte que en estos últimos días están utilizando las redes sociales(instagram, pinterest…) para hacer llegar a nuestros hogares pautas de ejercicio(esto les gusta mucho a los adolescentes).

Para pequeños y mayores, uno de los deportes más recomendados para practicar en familia es el yoga, para el cuerpo y para la mente. Existen numerosas aplicaciones y canales de youtube que cuentan con tutoriales y vídeos para guiar las clases. Solo necesitáis una esterilla o una toalla doblada.

Es importante limitar el tiempo que pasa su hijo en actividades sedentarias, como ver la televisión, usar dispositivos electrónicos, conectarse a internet y jugar a videojuegos (sobretodo hay que establecer unos horarios de uso con los más mayores), aunque en estos días toca ser más flexible con los horarios, puesto que es su forma de comunicarse.

HIGIENE

No vamos a salir de casa, pero eso no quiere decir que no haya que mantener unas normas básicas de higiene personal.

Como el objetivo es mantener la normalidad en la medida de lo posible es fundamental mantener rutinas: levantarse entre las 8 y las 9 am de lunes a viernes, desayunar, asearse, hacer la cama y VESTIRSE. No es recomendable estar en pijama todo el día pues es un recordatorio negativo del confinamiento. El peinarnos, asearnos, en definitiva cuidar nuestra imagen, es una forma de demostrar a los demás que nos importan y favorece un buen ambiente familiar. Por lo tanto la ducha diaria, incluído cuidado capilar-uñas y lavado de dientes después de las comidas principales es lo mínimo.

Además hay que seguir la recomendaciones del Ministerio de Sanidad:

Lavarse las manos frecuentemente( antes de comer, después de usar el baño, antes de manipular alimentos, después de tocar superficies, por ejemplo el teclado del ordenador o el ratón…)
Al toser o estornudar, cubrirse la boca y la nariz con el codo flexionado.
Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca.
Usar pañuelos desechables para eliminar secreciones respiratorias y tirarlos tras su uso, no guardarlos.
Evitar el contacto cercano con otras personas.

OCIO Y FAMILIA

La situación de aislamiento domiciliario a la que nos obliga el estado de alarma nos brinda la oportunidad de poder dedicar más tiempo a nuestra familia, de hacer todas esas cosas que apuntamos mentalmente en una lista de deseos «para cuando tengamos tiempo».

Es una oportunidad para dedicar más tiempo a hablar con nuestros hijos, sin prisa, creando el ambiente adecuado para que puedan “contarnos sus cosas”. Sobremesas sin prisas.

También es cierto que aumentar el tiempo de convivencia sin poder salir de casa (especialmente en pisos) puede aumentar los roces y las discusiones que, aunque habituales en pequeñas dosis en nuestra rutina previa, generan mal ambiente y no ayudan a sobrellevar la cuarentena. Hay que entrenarse en tener paciencia, habilidades comunicativas y capacidad de negociación.

Los adultos, una vez más, tenemos que dar ejemplo y cuidar los mensajes que damos incluído nuestro lenguaje corporal. Los niños y adolescentes pueden asustarse con la información que reciben de los medios de comunicación y las redes sociales. Somos nosotros los que tenemos que aclarar sus dudas con un lenguaje sencillo y apropiado para cada edad sin caer en el catastrofismo pero haciéndoles saber que todos tenemos que colaborar para frenar la pandemia.

Durante este tiempo habrá algún cumpleaños u otra celebración en la familia. Es una buena ocasión para romper la monotonía e idear formas de celebrarlo con imaginación: hacer una tarta especial en casa y que sea una sorpresa, decorar el salón modo fiesta, pedir a los amigos que graben vídeos para el cumpleañero, regalar manualidades o un vale para hacer una actividad juntos más adelante lo que se os ocurra para que sea un día muy especial a pesar de las circunstancias.

ORGANIZAR EL OCIO:

– Cada miembro de la familia tiene que hacer una lista de cosas que le gustaría hacer mientras dure la reclusión. La lista es modificable y ampliable.

– Se puede hacer una lista de cosas para hacer cuando podamos retomar nuestra vida normal. Así aprenderemos a valorar cosas a las que antes no dábamos importancia.

– Cada día hay que planificar qué tiempo vamos a dedicar al ocio. También habrá que hacer tareas escolares, rutinas habituales de higiene y tareas domésticas…¡estamos de aislamiento, no de vacaciones!

– Elegir qué actividades de las listas previamente confeccionadas vamos a realizar. Hay que intentar dar gusto a todos, ser equitativo. Se puede utilizar como refuerzo positivo («si haces bien las tareas del cole, eliges tú primero la actividad de hoy»).

– No se trata de estar siempre haciendo algo. También tienen que tener tiempo para disfrutar en soledad, incluso aburrirse un poco. El aburrimiento les permite pensar e idear nuevas actividades.

– Respecto al uso de pantallas: habrá ratos en los que se pueda ver en la televisión una película o una serie. No se trata de tener la televisión encendida todo el día y “verla sin motivo”. Se puede usar la videoconsola, tablet, ordenador… pero con moderación.

Resumiendo: máximo de pantallas al día = 2 horas. Planifica en qué vas a emplear ese tiempo.

Aunque en las redes sociales hay mil ideas que podéis poner en marcha en vuestra casas vamos a dividirlas por edades:

Para niños menores de 1 año:
– Hay que intentar mantener sus rutinas al máximo. Si estaban acostumbrados a salir a pasear con un horario en ese tiempo sacarlos al jardín o la terraza (si hay disponibilidad) haced como si les columpiais o asomadlos a las ventanas (con todas las debidas precauciones) para que les dé el aire. Explicadles lo que se ve por la ventana. Cambiad de ventana.

– Estimular la motricidad en casa: mantas de actividades, fomentar el gateo y la marcha, hacer circuitos por el pasillo con juguetes, sillas…Dedicar tiempo en exclusiva a estas actividades (no hacerlo mientras yo hago otra cosa), aprovechemos para fomentar un apego sano.

Para niños entre 1 y 5 años:
– Juegos: construcciones, puzzles, balones de trapo, marionetas, juegos de mesa (de su edad, de corta duración para que mantengan la atención), juegos imitativos (jugar a superhéroes, muñecas, maestros, cocinita…), jugar a adivinar animales, disfrazarse, montar una cabaña, hacer un karaoke…

– Manualidades: dibujar, colorear, pintura de dedos, hacer un collage (recortad trozos de papel, revistas… y pegar), dibujar y recortar una cara y añadir ojos, boca, bigote, sombrero…¡con los ojos cerrados!

– Emparejar calcetines.

– Leer cuentos.

– Escuchar música y aprender canciones.

– Ver fotos y recordar lo bien que lo pasamos ese día.

– Hacer un bizcocho.

– Hacer un picnic en el salón.

– Plantar lentejas, garbanzos o alubias en un vaso de yogur con algodones.

-Premiar la participación con diplomas que pueden hacer los hermanos mayores, si los hubiera.

– Practicar para quitar el pañal.

-Aprovechar que lo que sobra es tiempo para darles autonomía (vestirse y comer solos, ayudar en casa…).

*Para niños entre 6 y 12 años:

Además de los anteriores se puede:

– Juegos: hacer un teatro de sombras, jugar a adivinar películas, personajes, canciones, pintarse las uñas, maquillarse, disfrazarse, inventarse peinados, hacer una obra de teatro y grabarla, inventarse una entrevista a un famoso, organizar una búsqueda del tesoro con mensajes escondidos por casa.

– Cocinar: repostería (sin abusar, que son días de poca actividad), aprender recetas de casa, ayudar a cortar los alimentos con precaución, proponer el menú y hacer la lista de los ingredientes, inventar recetas, hacer su propio libro de recetas.

– Leer, escribir un cuento, un cómic o una poesía, escribir un diario, escribir cartas a nuestros amigos y familiares, escribir tu árbol genealógico y llamar a los abuelos para pedirles ayuda.

– Manualidades: inventarse recortables (muñeco+vestidos), hacer jabones, bolas de baño, velas… pintar figuras de barro, hacer papiroflexia, hacer tarjetas de felicitación, marcapáginas, cajas decorativas, un circuito para las chapas, hacer pulseras y collares de abalorios, marionetas de calcetines, aprender a coser(punto de cruz), colorear mandalas.

– “Organizar” exposiciones con las manualidades realizadas. Se puede hacer un vídeo y mandárselo a amigos/familiares.

– Tocar un instrumento

– Llamar a los amigos y familiares por teléfono y hablar.

-Juego activo: inventarse una coreografía, ensayar la función de ballet o baile, jugar al baloncesto con una papelera.

– Hacer un programa de radio: se puede elegir un tema y elaborar las preguntas y respuestas para hacer una entrevista sobre películas que has visto, libros, juegos, recetas…

– Acampada nocturna en el salón con sacos de dormir.

*Para niños mayores de 12 años:

Además de lo anterior se puede:

– Permitir usar los teléfonos paternos/tablet (p. ej. hangout) para hacer videollamadas/chat con sus amigos con una cierta privacidad. A estas edades la figura del grupo cobra especial importancia. Necesitan compartir sus experiencias con iguales.

– Organizar un viaje familiar y que sean ellos los que se encargan de buscar desplazamiento, alojamiento, visitas para hacer.

– Ver tus series favoritas en inglés.

– Visitas virtuales a museos.

– Ayudar en las tareas domésticas si no lo hacían.

– Ordenar y organizar la habitación. Seguro que hay cosas que ya no usan… Redecorar con manualidades (un póster, marcos de fotos hechos con material de reciclaje…).

– Con las manualidades realizadas (bisutería, bolsas de tela decoradas, tarjetas, marcapáginas, álbumes…) planificar un mercadillo y destinar el dinero recaudado a una buena causa.

– Hacer una presentación en Power Point sobre un tema que te interese (cine, salud, deporte, moda…).

SALUD MENTAL y SUEÑO

La crisis sanitaria es una realidad, y es la que es, siendo imprescindible quedarse en casa, ya que es la recomendación más segura y eficaz para que salgamos pronto de esta situación.

Por lo que debemos intentar normalizar esta situación, intentando no ser absorbido por la sobreinformación.

No podemos mantenernos en un estado de alerta y miedo permanente, ya que este miedo y la frustración que ello genera, se puede convertir en agresividad, violencia y tristeza. No nos sintamos acorralados y mantengamos una buena salud mental. Debemos afrontar el problema con una mentalidad positiva, por eso necesitamos conocer las etapas y las emociones a las que nos vamos a enfrentar:

– Llamada: “hay un virus en China”: este es el comienzo, Es una llamada que no buscamos y rompe nuestros esquemas.

– Negación: “esto no va a ocurrir aquí”, es una fase habitual en casi todos los cambio, se trata de la más difícil de asimilar. Nunca creemos que nos vaya a afectar a nosotros. Durante esta fase podemos desarrollar: ira o rabia y en los niños se manifestará como desobediencia o rebeldía ante las normas. El enfado hay que pasarlo, pero no debemos quedarnos en esta fase, ya que debemos superarla y además salir reforzados.

– Miedo: ¿ qué nos va a pasar? Miedo a contagiarse y a contagiar a los demás. Hay un miedo sano, que es la prudencia y otro miedo tóxico, que nos puede paralizar y dañar e impedir afrontar la crisis de forma más positiva. Por esta fase debemos pasar lo más rápidamente posible.

– Tristeza: estamos abatidos y nos sentimos vulnerables por las cifras de enfermos y fallecidos. Es un momento de aceptación de la realidad tal cual es. La mayoría de las personas conseguiremos remontar y pasar a la siguiente fase.

– Nuevos hábitos y confianza: aquí normalizamos la realidad y asumimos que la vida ha cambiado por completo, empezaremos a buscar aspectos positivos a estar recluidos y descubriremos valores que tenemos dentro que no sabíamos. Muchas personas comienzan a ayudar a otros desde la serenidad y no desde el miedo, se fomenta la empatía y loa actos altruistas.

– Fin: esta crisis sanitaria será historia y de todo esto saldremos reforzados.

¿ CÓMO PODEMOS AYUDAR A LOS NIÑOS PARA COMPRENDER EL BROTE DE COVID Y EL AISLAMIENTO EN CASA?

-Protegerlos de la sobreinformación y de los bulos o alarma social injustificada.

-Filtrar la información y ofrecérsela de una forma adaptada su edad. No ser catastrofistas.

-Explicarles cuál es el motivo del autoaislamiento: que no es su salud la que corre riesgo, sino que lo hacen para que otras persona más vulnerables, como las personas mayores enfermen. Así les podemos hacer sentir como Superhéroes.: proponerles que den ideas de cómo pueden ayudar desde casa a los demás, a sus vecinos, familiares…Y recordarles que es algo temporal.

-Ayudarles a expresar sus emociones, tenemos que preguntarles “¿ cómo te sientes?” Lo niños van a tener más rabietas, enfados, cambios de humor…

Buscar actividades que estimulen su creatividad, donde además puedan expresar sus emociones: dibujos, cuentos, manualidades…

– Practicar la paciencia y la tolerancia, lo niños necesitan un clima de calma y cariño y nos van a demandar más atención. Por lo que deberemos dejar nuestras preocupaciones a un lado para centrarnos cuando estemos con los niños. Los padres somo un ejemplo para los niños.

– Mantener comunicación con sus seres queridos: familiares y amigos. Hay que mantener la comunicación con ellos de forma regular mediante llamadas, videoconferencias, emails, cartas, dibujos, manualidades.

– Fijar una rutina, en el sueño, comida, actividades escolares y juego, es fundamental tanto para padres, madres y cuidadores, como para los más pequeños de la casa. Las rutinas dan seguridad. Les ayudaremos a gestionar el tiempo y contribuiremos a reducir la ansiedad que produce el no saber qué viene después, a qué me puedo dedicar o con qué me puedo entretener. Si les tenemos ocupados en sus tareas, nosotros también nos podremos dedicar a las nuestras.

Entre nuestras rutinas de actividades debe encontrarse:

– Fomentar la participación en tareas domésticas.

– Permitir que los niños propongan actividades.

– Realizar actividad física diaria sólos y/o en familia: saltar, bailar..

– Actividades de relajación para reducir el stress: yoga para niños o en familia, mindfulness(buscar tutoriales en internet adaptados a cada edad).

Tampoco deben de sentirse culpables de ver la TV más de lo habitual, ya que esta situación es excepcional.

– Debemos seguir estableciendo límites con cariño, tolerancia y coherencia: ya que esta situación va a producir más rebeldía, desobediencia ante las normas e irritabilidad y riñas entre hermanos. Por lo que la paciencia y la tolerancia deben ser nuestros aliados.

– No estigmatizar: explicar que puede afectar a cualquier clase social y que se cura, pudiendo llevar luego una vida normal. Los niños lo vivirán con menos ansiedad si un familiar o amigo cercano enferma. Evitar términos distintos a coronavirus, como “virus chino” ya que perpetúan ideas erróneas sobre la enfermedad.

– Mantener actitud positiva, con humor y saber que vamos a salir reforzados. Recordar que como padres es la primera vez que nos enfrentamos a esta situación, por lo que no debemos ser demasiado duros si en alguna ocasión la situación nos desborda.

– Sueño: hay que intentar mantener unas mismas rutinas respecto a los horarios de sueño, sobretodo en una situación tan especial como ésta, en la que no hay un horario rígido de entrada al colegio. Puede haber cierta flexibilidad, según la naturaleza de cada niño, pero dentro de unos márgenes razonables.

Importante diferenciar las actividades del día y el reposo nocturno:

– Mantener las horas de sueño nocturno que necesite el niño según la edad: 11-14 horas para niños de 1 a 2 años, de 10-13 horas para los de 3 a 5 años, de 9-12 horas para los de 6 a 12 años y de 8-10 horas para los adolescentes. Y la siesta en niños de 2-4 años.

– Exponerse a la luz natural durante al menos 2 horas al día: jugando en una ventana bien iluminada, viendo pasar coches, aves…

– Desayunar bien y evitar el picoteo.

– Durante el día, sobretodo en las primeras horas, evitar tareas pasivas, es mejor activar el cuerpo realizando actividades que requieran activación mental ( deberes, lectura) o ejercicio físico sólos o en familia.

– Al menos 1 hora antes de acostarles es mejor crear una rutina relajante, con un ambiente tranquilo. Evitar luz de pantallas al menos 2 horas antes de ir a dormir.

Las fotos son de: Anastasia Shuraeva, Gustavo Fring y Pixabay